Venís de diferentes culturas: ​​¿qué os trajo a Barcelona?

A: Las ganas de conocer, de vivir otras experiencias diferentes, me trajeron aquí.
Ciudad de México es una ciudad impresionante, ¡es maravillosa! pero puede ser también muy dura. Los años antes de venir aquí, pasé mucho tiempo en trayectos: de la zona oriente donde vivía entonces, a la zona universitaria donde daba clases de arquitectura, a la zona poniente donde trabajé en un despacho. Estuve así cerca de cuatro años, hasta que necesité un cambio.
Comencé entonces a plantearme la posibilidad de estudiar un postgrado en Europa. Durante tiempo pensé ir a Francia, estudié la lengua y me sentía atraída por aquella cultura, pero después de un viaje desistí de esa idea. Poco después fui invitada a un congreso en Salamanca y aproveché para conocer otras ciudades españolas. Quedé encantada con San Sebastián y Barcelona, finalmente decidí venir aquí en 2006 a estudiar un máster de Teoría y Práctica del proyecto de arquitectura y un año más tarde obtuve una beca para realizar el Doctorado.

H: En mi caso fue un deseo de cambio, una especie de aventura. Después de mis estudios, pasé un tiempo muy emocionante en la oficina de O.M.Ungers en Berlín. Allí éramos un equipo internacional. Creo que durante este tiempo creció en mí el deseo de conocer otras partes del mundo. En 2002 me mudé a casa de unos amigos en San Sebastián. En primer lugar, para hacerme una idea (y aprender el idioma). Al año siguiente recibí una oferta de un despacho en Barcelona. Eso es todo. He estado viviendo en esta maravillosa ciudad desde entonces y no tengo planes de dejarla pronto.

No solo sois compañeros de trabajo, ¿cómo surgió la idea de fundar un despacho juntos?

H: Simplemente pasó. Cuando nos conocimos yo era uno de los tres socios de KAWarquitectura, una oficina hispano-holandesa. Debido a la crisis del sector de la construcción, los socios holandeses se retiraron en 2012, marcando el final de la colaboración. Arais casi había terminado su doctorado en ese momento y no estaba claro qué vendría después de eso. Tenía sentido construir algo juntos.

A: Cuando Holger y yo nos conocimos, él tenía su despacho y yo estaba muy concentrada en lo académico. Estuvimos durante algunos años siendo pareja, pero cada quien en su ámbito profesional. Igualmente, nos dábamos cuenta que compartimos muchos criterios sobre el quehacer de la arquitectura. Llegó el año 2013 en que la sociedad de KAW se disolvió, yo por ese entonces también buscaba trabajo aparte de lo académico, y en aquel momento pareció un paso natural comenzar a colaborar en algunos proyectos.

Ese fue un momento difícil para los arquitectos, muchas oficinas tuvieron que cerrar. ¿Cómo lograsteis salir de la crisis?

H: Un punto importante fue sin duda la experiencia de la época de KAW. Podíamos construir sobre eso. Con el nuevo comienzo, también cambiamos nuestra estructura. En lugar de una oficina con empleados, confiamos en colaboraciones flexibles y eso ha demostrado su eficacia hasta el día de hoy. Dependiendo del proyecto, trabajamos con varios especialistas de forma independiente. Esto nos permite encontrar el equipo adecuado para cada proyecto. Contamos con una red importante de especialistas y empresas constructoras, lo que nos permite adaptarnos a la medida de cada proyecto.

Contamos con una red importante de especialistas y empresas constructoras, lo que nos permite adaptarnos a la medida de cada proyecto.

Holger Augst, fundador Estudio H+A

Contamos con una red importante de especialistas y empresas constructoras, lo que nos permite adaptarnos a la medida de cada proyecto.

Holger Augst, fundador Estudio H+A

A: Digamos que hemos tejido redes. Hemos estado abiertos a conocer otras personas y de ello hemos hecho colaboraciones y amistades que han sido trascendentales. En ese sentido, no es del todo correcto que somos sólo dos, ya que nuestra red incluye colegas arquitectos con los que hemos trabajado en varios encargos.

¿Por qué os habéis hecho arquitectos?

A: Cuando vino la importante decisión de elegir una carrera universitaria, debo confesar que me debatí bastante entre estudiar física o arquitectura. Ya sabéis cuál fue la decisión y me parece que las razones fueron muchas: intuiciones, filias, circunstancias y cierta experiencia que ya había tenido como dibujante. También en el ejercicio de la profesión he ido descubriendo lo que más me agrada de ella y uno de los aspectos que más me gusta es la posibilidad de hacer, a veces con muy poco, que la gente se sienta mejor.

H: Llegué a la arquitectura a través de muchos desvíos. Al crecer en la RDA, primero hice una formación profesional en el campo de la electrónica. Después de la caída del muro, tuve la oportunidad de iniciar algo nuevo. Ser arquitecto nunca fue algo soñado para mí. Estaba más bien influenciado por un amigo, cuando entré a la universidad. Durante mis estudios en Potsdam, mi idea de la profesión cambió por completo. Me di cuenta de que había encontrado lo que estaba buscando y ese entusiasmo ha continuado desde entonces. Creo que eso es lo que nos conecta y hace un buen equipo.

¿Cuál es vuestro estilo?

Holger: La cuestión del estilo no nos condiciona a priori. Lo primero es el espacio. Dado que nuestra actividad es casi exclusiva en el campo de las reformas y las ampliaciones, los espacios suelen estar predeterminados. Se trata de interpretarlos y siempre hay un margen de maniobra, se puede trabajar por contraste o por semejanza. En cuanto a la elección de materiales y combinación de colores, no tenemos prejuicios, a menudo surgen ideas de las conversaciones con el cliente.

A: Yo suscribo lo que Holger ha dicho, estamos de acuerdo en estos temas.

¿Cómo os sentéis acerca de la sostenibilidad? ¿Hacéis arquitectura «verde»?

H: Sin duda, la sostenibilidad es uno de los temas más importantes de nuestro tiempo. Después de todo, el 30% de las emisiones de CO2 en todo el mundo se deben a la industria de la construcción (40% de consumo de recursos). Contrarrestar esto debería ser preocupación de todo constructor y planificador. Pero la sostenibilidad debe ser más que una promesa publicitaria.

Lo tendrás que explicar.

Cabe preguntarse si un apartamento de 80 m2 de construcción ‘convencional’ para una familia de 3 personas es menos sostenible que la villa mediterránea de bajo consumo energético, equipada con la última tecnología, pero ocupada solo dos meses al año. Verdaderamente sostenible sería construir solo lo necesario.

Entiendo bien: ¿un arquitecto que recomienda construir menos?

H (se ríe): Sí, puedes decir eso. Cuanto más espacio se construye, más recursos y energía se consumen. Por supuesto, la elección de los materiales y el bajo consumo de energía juegan un papel importante. Pero hay que encontrar la proporción adecuada entre lo necesario, la dimensión de los espacios y la inversión en tecnología.

A: En ese sentido nos dedicamos por ello esencialmente a reformas, reciclamos espacio.

¿Qué os distingue de otros arquitectos, cuál es vuestra forma de trabajar?

A: Si pudiera identificar alguna virtud que compartimos, tanto Holger como yo, es que ambos somos personas comprometidas, especialmente en lo referente a nuestras obligaciones profesionales. Además de ese compromiso, que sin duda también muchos otros arquitectos comparten, prestamos especial atención a la relación con los clientes. Relación fundada en la confianza mutua. Es como cuando vas a un médico, has de tener sentir confianza con él para que funcione. Incluso después de años de haber trabajado con ellos, mantenemos una buena relación con la mayoría de nuestros clientes.

Prestamos especial atención a la relación con los clientes. Relación fundada en la confianza mutua.

Arais Reyes, fundadora Estudio H+A

Prestamos especial atención a la relación con los clientes. Relación fundada en la confianza mutua.

Arais Reyes, fundadora Estudio H+A

H: Un punto muy específico, a diferencia de otros arquitectos, es quizás trabajar con modelos 3D. He estado trabajando con ArchiCAD desde mis estudios. A diferencia de otros programas CAD, no se dibuja simplemente un plano, sino que se crea un modelo 3D. Los planos se generan a partir de allí. Ese método nos permite mostrar a nuestros clientes una maqueta digital desde el principio, lo que facilita mucho la comunicación. Mucha gente no está familiarizada con la lectura de planos arquitectónicos, pero todo el mundo entiende una perspectiva.

¿Cómo es un día laboral ordinario para vosotros?

H: En realidad, no lo hay. Y creo que eso es exactamente lo que me hace la profesión tan atractiva. Las visitas de obra y las reuniones con los constructores se alternan con la planificación del proyecto. Y en el medio, se diseña un detalle para las escaleras. A menudo se atiende dos o tres proyectos en un día. Nunca es aburrido.

A: No demoramos mucho en ir a la oficina (ríe), porque desde hace un par de años montamos el estudio en una parte de nuestra vivienda. Se trata de un espacio exclusivo que es nuestro lugar de producción. Tenemos momentos de trabajo individual pero también momentos en que «necesitamos reunirnos» para hablar sobre algún proyecto específico y consensuar decisiones. Supongo que esto no es muy diferente de otros despachos de arquitectura.

Ambos tenéis experiencias de vuestros países de origen. Una última pregunta: ¿Se construye de manera diferente aquí?

A: Yo diría que, comparado con Alemania, en España se recurre más al trabajo artesanal, en México es aún más frecuente. Quizás de allí me viene el gusto por lo artesano y aquí, como decía, en España y específicamente en Catalunya se encuentran artesanos de la construcción cuyo trabajo valoramos bastante. Además es frecuente que en las obras de estudio HA, al tratarse principalmente de rehabilitación, haya siempre elementos o detalles que necesiten del saber fer de esos artífices.

H: Comparado con Alemania: sin duda. Mientras allí intentan planear todos los detalles con anticipación, aquí se improvisa en la obra. Hay varias razones para esto. Entre otras cosas, aquí se paga significativamente menos por la planificación. Además, muchas empresas de construcción más pequeñas no están dispuestas a leer planos de detalles. Nosotros estamos tratando de encontrar un término medio. Desarrollamos los detalles importantes y los hablamos con la empresa constructora antes de que comience la obra. Pero también improvisamos, a menudo no hay otra manera ya que trabajamos con edificios existentes donde antes del inicio de la obra, en muchas ocasiones, no se sabe lo que se encontrará.